- Cantar del destierro: el texto comienza con el Cid, que ha sido desterrado por el rey y llega a Burgos. Allí nadie se atreve a darle alojamiento o comida pues el rey lo ha prohibido con severos castigos. El Cid, cuando lo sabe, se marcha de Burgos y engaña a unos judíos para conseguir dinero con el que pagar a sus soldados. Va a al monasterio de Cardeña, a despedirse de su mujer y sus hijas, pues el rey no permite que vayan con él. El Cid entra en territorio dominado por los moros y entabla diversas batallas con ellos. Siempre sale vencedor y del botín logrado manda siempre un regalo al rey para que lo perdone y así recuperar su honra.
- Cantar de las bodas: El Cid conquista la rica ciudad de Valencia y le manda un botín espléndido al rey, con ello consigue su perdón y a sus hijas y su mujer se les permite reunirse con él. Poco después, el rey de Marruecos sitia Valencia, pero el Cid le vence. Ahora el rey le perdona públicamente y sus sobrinos, los infantes de Carrión, piden al rey que los case con las hijas del Cid. Este cantar termina con las bodas.
- Cantar de la afrenta de Corpes: Los infantes de Carrión están en Valencia, con el Cid, pero en diversos hechos de armas se muestran como unos cobardes (y también en el episodio del león). Los hombres del Cid los critican y los infantes quieren vengarse. Para ello, marchan con sus mujeres hacia Castilla y en el robledal de Corpes las atan a unos árboles y las azotan hasta dejarlas por muertas. Cuando el Cid se entera, pide justicia al rey. Los infantes son vencidos en un duelo por dos hombres del Cid, y se entablan nuevos matrimonios de las hijas del Cid con los infantes de Navarra y Aragón.
